la
madera, formas y medidas
Desde tiempos
remotos el hombre ha modificado formas para adaptarlas a sus necesidades;
es así que los habitantes de la antigüedad transformaban
una roca amorfa en una punta de flecha cónica y los troncos
de los árboles en mangos de herramientas o estructuras
para sostener sus chozas.
Aquellos procesos
de transformación que antes se realizaban en forma manual
y muy lenta, se efectúan hoy en minutos gracias a los avances
de la tecnología y la ciencia. Estos avances han posibilitado
también la expansión de la industria, fabricándose
hoy muchos más objetos y productos que los que se forjaban
en los tiempos antiguos. Es maravilloso darse cuenta, hoy en día,
cómo un tronco de árbol duro y rústico puede
transformarse en una cubierta de mesa suave y plana, o en un papel
de delicada textura. Tan sorprendentes transformaciones no sólo
pasan por un proceso industrial de alto nivel tecnológico;
también se vinculan con las formas y las medidas que, en
el caso de la madera, tienen los troncos que servirán de
materia prima para producir un objeto que se obtendrá de
ellos.
Si nos imaginamos
que estamos contemplando un bosque de pinos desde cierta distancia,
veremos que la parte superior de los árboles tiene forma
de cono, que su tronco es circular o cilíndrico y que la
silueta de cada pino semeja un triángulo. Cuando el árbol
es cosechado, se le conduce a un aserradero; allí será
sometido a un proceso que convertirá el tronco en una tabla,
es decir, de haber sido cilíndrico, el tronco se transformará
en un objeto rectangular.
Un
metro ruma de eucaliptus globulus.
En
una hectárea se plantan entre 1000 y 1500 pinos; éstos
son cortados en el bosque y los troncos son medidos en metros
ruma para ser cargados en camiones que los transportarán
al aserradero o a la industria; allí los troncos serán
medidos en metros cúbicos y destinados como materia prima
para distintos procesos, según cuál sea su diámetro.
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