Técnicas
de impresión
IMPRESIÓN
EN RELIEVE
IMPRESIÓN
EN RELIEVE
El fundamento del proceso de impresión
en relieve es el mismo que el de un tampón de caucho. Se
aplica tinta a las zonas más prominentes de la superficie
de impresión y a continuación se transfiere al papel
o cualquier otro soporte. En la actualidad se utilizan dos formas
de impresión en relieve —tipografía y flexografía—,
que se diferencian por las características físicas
de las superficies de impresión y de las tintas. La tipografía
se efectúa utilizando una superficie de impresión
de metal o plástico y una tinta de gran viscosidad. La
flexografía emplea una superficie blanda de caucho o plástico
y una tinta fluida.
Tipografía
La tipografía, la forma más antigua
de impresión, nació con el invento del tipo de imprenta
metálico y móvil fundido a mediados del siglo XV,
y durante cinco siglos fue la única técnica de impresión
para grandes tiradas. A mediados del siglo XX, y a pesar de su
superioridad en cuanto a claridad de impresión y de densidad
de la tinta, la tipografía cedió su predominio al
offset por ser un proceso mucho más rápido.
Originalmente las superficies de impresión
tipográfica se construían ensamblando miles de tipos
de plomo que llevaban fundida en relieve una letra o una combinación
de éstas con el fin de crear páginas de texto. Se
aplicaba entonces tinta a la parte en relieve y se estampaba sobre
papel o pergamino. Las letras se combinaban con xilografías
y grabados para obtener páginas compuestas con texto e
ilustraciones.
Planchas de copia
La primera plancha de impresión tipográfica
se fabricó confeccionando el molde de una forma tipográfica
y mediante fusión haciendo un duplicado en metal, que se
llamó estereotipo. Esta tecnología adquirió
una enorme importancia durante la Revolución Industrial,
ya que proporcionaba una superficie de impresión de una
sola pieza que se podía utilizar en diferentes prensas
automatizadas. Los estereotipos curvos obtenidos a partir de moldes
de papel maché se utilizaron en rotativas tipográficas
para imprimir los periódicos diarios hasta principios de
la década de 1970, cuando las técnicas de edición
sufrieron un cambio radical y las máquinas de composición
de fundición fueron sustituidas en gran medida por la tipografía
automatizada.
El electrotipo, otra forma de duplicado de formas
tipográficas, se realizaba al depositar una fina capa de
cobre sobre la impresión en cera de la forma original y
rellenar el molde de cobre resultante con plomo. Los electrotipos
reproducían con más detalle la superficie original
en relieve que los estereotipos y, por tanto, gozaron de gran
favor por su impresión tipográfica de mayor calidad.
(Veáse también Cliché).
Planchas
de fotopolímeros
A final de la década de 1950 hizo su aparición
una forma totalmente nueva de fabricación de planchas de
relieve, que utilizaba una sustancia plástica soluble que
se endurecía al quedar expuesta a la radiación ultravioleta.
Desde entonces se han creado un sinfín de planchas de fotopolímeros.
Un grueso recubrimiento de fotopolímero sobre un soporte
de metal o plástico se somete a luz ultravioleta a través
de una película que sólo permite el paso de la luz
por aquellas zonas en que se efectuará la transferencia
de tinta. El fotopolímero se va endureciendo, o polimerizando,
en dichas zonas y al eliminar el recubrimiento sobrante con agua
o cualquier otro disolvente el resultado es una impresión
en relieve que se puede montar directamente en cualquier prensa
tipográfica.
Otra variante de este proceso consiste en aplicar
sobre papel o plástico un fotopolímero líquido
que se solidifica cuando queda expuesto a radiación ultravioleta.
A continuación se elimina el líquido sobrante. Estas
planchas se fabrican en poco tiempo y resultan muy apropiadas
para la tirada de periódicos, donde resultan muy importantes
los plazos de confección.
Las rotativas de alta velocidad y las planchas
de fotopolímeros han hecho posible que la tipografía
siga siendo competitiva en determinados sectores, como los periódicos,
a pesar de que el offset es el líder indiscutible de los
procesos de impresión.
Impresión
flexográfica
Las planchas flexibles y las tintas fluidas que
se utilizan en la flexografía convierten este proceso en
el idóneo para la impresión sobre superficies no
porosas como películas y polietilenos. En origen, todas
las planchas flexográficas se construían en caucho
moldeado, que sigue siendo el material más utilizado cuando
se trata de crear sobre un único rodillo de impresión
copias múltiples de una misma imagen. Los moldes en caucho
son impresiones de las superficies originales en relieve, como
los tipos o grabados, y normalmente se utilizan para fabricar
varias planchas de caucho. El montaje de un rodillo de impresión
con planchas de caucho es un proceso muy largo, ya que hay que
montar muchas planchas sobre un único rodillo y cada plancha
debe quedar colocada exactamente en la misma posición que
las demás.
Durante la década de 1970 aparecieron las
primeras sustancias para las planchas de fotopolímero,
que acortaron sensiblemente el tiempo necesario para fabricar
y montar un juego de planchas. Esto ha permitido la extensión
de dicho proceso a nuevos mercados, sobre todo a la impresión
de revistas. Además, en la flexografía se pueden
usar las tintas solubles en agua, con lo que resulta innecesario
el empleo de disolventes tóxicos.
Las imprentas flexográficas poseen un diseño
sencillo, ya que la tinta líquida se aplica a la superficie
de impresión sin necesidad de ningún otro complejo
sistema de entintado. La impresión se efectúa en
rodillos o bobinas de soporte en hojas sueltas y las bobinas impresas
se transforman en el producto terminándose en un proceso
de fabricación independiente.
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